Autobiografía - Segundo Momento
El sábado pasado fui a lo de mi abuelo, que antes era lo de mis abuelos. Es una casa preciosa en el barrio de Mataderos, mi segundo hogar. Tiene un patiecito en la entrada y otro en el fondo, y por supuesto, la terraza. El living esta igual desde que soy chica. De hecho, toda la casa está igual desde que soy chica: los mismos acolchados en “nuestro” cuarto, las mismas fotos por toda la casa que se ven cada vez más lejanas, los mismos sillones. Lo único que no esta igual es mi abuela. Mi abuela no esta muerta. Tampoco diría que MI abuela esta viva. Hace más de dos años que la internamos en un “hogar para mayores”. La verdad es que no voy mucho a visitarla, no me resulta para nada fácil; su cara es otra y no emite sonido. En realidad, eso es mentira: se ríe. Mi abuela siempre se rio muchísimo. A carcajadas. Hasta no poder respirar. Pasábamos mucho tiempo juntas. Solía ir a buscarme al colegio y se quedaba hasta que mi papá volviese de trabajar. Iba todos los fines de semana a s...